viernes, 9 de diciembre de 2011

DEPORTIVO ESPAÑOL 1984

EN 1984. El equipo que obtuvo el último ascenso a la A.

Julio de 1984. José Luis Rodríguez ya era El Puma. Pero casi nadie lo conocía. Deportivo Español era una máquina de tren sin estaciones a la vista. Y ese pibe de las inferiores del club, del que todos contaban maravillas, aparecía en ese recorrido. Aquel 7 de julio pasó lo que pasaba casi siempre en ese tiempo: el Depo ganó con autoridad (4-1 a El Porvenir) para sostener la punta en un torneo de la Primera B que tenía entre sus competidores a varios equipos relevantes: Racing, Gimnasia La Plata, Lanús, Banfield, Quilmes, Colón, Tigre. En unos meses llegó el ascenso a la máxima categoría y el regreso a la elite tras aquel esporádico paso de 1967. El día de la consagración, en la cancha de Atlanta, frente a Defensores de Belgrano -el subcampeón- fue una auténtica fiesta de la colectividad española en la Argentina. Era -de algún modo- la vuelta olímpica de aquellos inmigrantes que ahora encontraban un motivo deportivo para abrazarse, compartir y pertenecer.

La fecha de aquel festejo no tenía nada de azar: 12 de octubre, el Día de la Diversidad Cultural. Tenía un valor simbólico importante: era la confirmación de que tantos españoles habían encontrado su otro lugar en el mundo. Era también un tributo a ese descubrimiento. El Deportivo Español formó ese día con sus jugadores inolvidables: Catalano; Zárate, D'Angelo, Clide Díaz, Ojeda; Crespo (Sassone), Correa, Donaires, Ibarra (Lorea); Moreno y Centurión. En el banco, sentados juntos, estaban los impulsores de ese equipo que realizó una de las mejores campañas de la historia del Ascenso (30 victorias, siete empates y cinco derrotas): Oscar López y Oscar Cavallero, la dupla.

Lo que siguió fue el principio de otro sueño, porque Español se les animó a todos los grandes. En la temporada 85/86, el equipo rojo realizó la mejor campaña de la historia de un equipo recién ascendido (Rosario Central lo superaría luego con su título 86/87): fue segundo junto a Newell's, detrás del impresionante River de Héctor Veira y Enzo Francescoli. Realizó, con la misma base de la B, una campaña notable (por ejemplo, de local, ningún otro obtuvo más puntos) que le permitió acceder a la Liguilla Pre Libertadores. Con Racing en la B, derrotó en los dos partidos a Independiente (campeón de América y de la Intercontinental en 1984), a San Lorenzo, al campeón River -en el Monumental- y no perdió frente a Boca. Fue un año mágico. Pero también un anticipo: Español, desde entonces, se convertiría en un equipo arduo para todos en la máxima categoría. Fueron catorce años en la A, con campañas para el aplauso (fue tercero en la campaña 88/89 y segundo junto a Vélez en el Clausura 92).

Pero su descenso se pareció demasiado al fin del protagonismo. Desde ese momento, más allá de su permanente capacidad de resurrección, Español se transformó en el equipo de la caída libre. La temporada pasada cayó a la Primera C, ahora la cuarta categoría, y le toca padecer: lucha por no descender al último escalón de la AFA, la D, ese territorio en el que arrancó en 1957, al año siguiente de su fundación. Son días complicados: pelea golpe a golpe con Sacachispas, Defensores de Cambaceres, Luján y Leandro N. Alem. Cuenta con un apoyo valioso: el entrenador es José Luis Rodríguez, aquel del debut en 1984, uno de los máximos referentes de la institución.

Aquel club nacido del impulso de tantos inmigrantes, que tuvo su primera sede en el subsuelo del bar La Mezquita en Buenos Aires y que luego se mudó al Centro Ribadumia, es también la cara de una comunidad que lucha por su identidad en tiempos complicados. Hoy, entre poco menos de 2.000 socios, tratan de darle vida a aquella pretensión de crear un club capaz de representar a tantos inmigrantes y que tuvo que lidiar -en días no tan lejanos- con cierres, clausuras, pedidos de quiebra, cambios de nombre y todos los etcéteras imaginables de los días de desintegración. Dicen por esas calles que rodean al estadio Nueva España (Castañares, Asturias, Santiago de Compostela) que la próxima resurrección está por suceder. Para que aquel paraíso de hace casi tres décadas vuelva a vivir bajo el cielo del Bajo Flores.

2 comentarios:

  1. un equipo unico era un placer verlos jugar desde el minuto 1 sabias que ganaba que gratos recuerdos

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  2. El arquero no es el ruso verea???

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